EXPRESIONES FACIALES

EXPRESIONES FACIALES
¡HOLA MUNDO!

DIARIO DE JOSE





sábado 4 de febrero de 2012



Hola, mi nombre es Jose Vicente Hernández, en consonancia con Paco,  mi experiencia en lo que respecta a actividades destinadas al desarrollo de la expresión corporal en mi etapa escolar fue inexistente.

Recuerdo cursos enteros  dedicados a trabajar las habilidades motrices, en los que meramente se evaluaba de manera cuantitativa la capacidad que teníamos de ejecutarlas. El último año en mi colegio, llegó un profesor que dedicó el curso a los deportes populares, separó el curso por bloques y destinó cada uno de ellos a un deporte, así pasamos todo el curso descubriendo las reglas, táctica y demás de "grandes desconocidos" como es el fútbol.

Ya en el instituto, me tocaron profesores cuyos objetivos no discrepaban mucho de los que tuve en el colegio. No obstante, un profesor que llevaba a otros grupos del mismo curso que yo, destino un trimestre a un proyecto creativo en el que sus  alumnos diseñaron coreografías que nos expusieron en fin de curso. Recuerdo como me llamó la atención verles tan implicados.

El año pasado, en la asignatura de didáctica de la educación física, dedicamos sesiones a desarrollar actividades de expresión corporal, organizamos juegos en los que debíamos escenificar sentimientos, situaciones de la vida o imitar animales para que otros los adivinasen. Resulto una experiencia lúdica, comunicativa y en la que conocí  más a mis compañeros y compañeras y aprendí sobre mi mismo.

He tomado conciencia de lo imprescindible que resulta  la expresión corporal, no solo para relacionarnos  con los demás, sino también para  nuestro desarrollo personal, sin embargo, esto no se tuvo en cuenta por mis docentes de educación física.



8/2/2012

Hemos realizado la primera práctica en el gimnasio y sin duda ha sido una experiencia muy enriquecedora . La dinámica en el gimnasio siempre esta acompañada de un ambiente lúdico. Es verdad que siempre sienta bien hacer deporte, y cambiar el escenario estático del aula por la libertad que te ofrece el gimnasio, sin embargo, lo que más me llama la atención es la facilidad con la que todos volvemos a sentirnos niños sin más.

En la primera clase práctica, esa ha sido mi primera impresión cuando Jorge, nuestro profe, ha pronunciado la palabra mágica “Tu la”, y digo palabra mágica porque me he visto envuelto de repente en un contexto que me ha hecho recordar mi niñez. Por unos instantes, hemos olvidamos la complejidad de nuestros pensamientos, nuestros prejuicios y obligaciones y nos hemos dejado llevar por esa motivación innata que es jugar, esa magia que aún llevamos dentro.

La clase ha transcurrido entre juegos que además de servirnos como toma de contacto, para ir conociéndonos y rompiendo un poco el hielo, me han hecho recordar que jugar como un niño no significa tener el cuerpo de un niño, porque al día siguiente me despertaron unas “agujetas de no te menees”. Yo suelo hacer deporte a diario, pero al pensar que cuando era un enano me pasaba el día entero jugando a pillar, me doy cuenta de la vitalidad que tenía entonces.

Al finalizar la clase Jorge nos ha dado un tiempo para que cada pareja diseñe una “puesta en escena” en la que ambos debían terminar en el suelo de la manera más original posible. He de admitir que cuando Jorge ha anunciado que una vez finalizado el tiempo se tendría la oportunidad de exponer de manera voluntaria el resultado obtenido por cada pareja, ha sentido un pequeño escalofrío que no ha durado más que unos segundos, pues al instante me he dejado llevar para dar rienda suelta a mi imaginación . La interacción con Paco me ha resultado estimulante, en todo momento muestra entusiasmo y ambos propiciamos un espacio en el que las aportaciones de cada uno nos enriquecen como equipo. En cuanto al resultado, bueno, creo que ambos hemos querido crear una pequeña escena en la que dos componentes inanimados tomasen vida por un instante, y parece que gustó, al menos resulto gracioso. Sin embargo, más que el resultado, para mi lo que tiene valor es la experiencia en si, la oportunidad de dejar de alimentar una vergüenza que nos tiene presos, para hacernos conscientes del momento y expresarnos libremente, así como dice mi compañero “Dejar la vergüenza avergonzada”.



13/2/2012

El segundo día en el gimnasio también hemos calentado jugando a pillar, esta vez desplazándonos por el suelo, después a “caballito” de nuestros compañeros, etc. Así, entre jadeos y risas ha comenzado a palparse ese clima que caracteriza las prácticas de educación física.

Hemos continuado la clase con un ejercicio de confianza. consistía en dejarnos caer hacia atrás con los ojos cerrados y que dos compañeros nos cojan, se trata de un ejercicio que aunque uno ya lo conozca, siempre se le activa ese instinto de inseguridad a la hora de “abandonarse a la gravedad”, vencer ese impulso significa ponerse en las manos de tus compañeros y lo considero una experiencia muy positiva. Personalmente no me costó demasiado dejarme caer pues sabía que estaban ahí y... quizás me guste confiar en las personas, aunque eso implique poder darte un porrazo de vez en cuando.

La clase ha seguido con una actividad que me llamó mucho la atención por la situación que generó, y la búsqueda de experimentar sensaciones por la que estaba motivada. Me refiero a el momento en el que cogimos a unos pocos voluntarios que se quedaron tumbados en las colchonetas con un antifaz y tras manosearles por el cuerpo les desplazamos a otra parte del campo dándoles vueltas. Fue curioso observar las reacciones de sorpresa, desorientación, y que se yo que le pasaba por la cabeza a mi compañero mientras sentía un puñado de “manos silenciosas” por todo su cuerpo y no he podido evitar sentir curiosidad por saber lo que él estaba experimentando.

Hemos culminado la clase retomando nuestra representación del día anterior, a la que se le debía añadir un pretexto de simultaneidad y bueno, teníamos la motivación de seguir dándole un significado a esa pequeña historia, así que se nos ha ocurrido representar la siguiente escena:

Ambos llegábamos y nos encontrábamos con ¿nuestro reflejo? Que ha sido la escena de simultaneidad, luego golpeamos el espejo rompiéndolo y la ¿parte real? Que es Paco, pasa a controlar la parte ¿irreal? Que está representada por mí entonces yo paso a ser una marioneta, sin embargo, de alguna manera, el pierde el control de esta pasa a ser dominado por ella.

Esta es mi interpretación personal de una escena creada casi de manera espontanea, y que está dispuesta para seguir puliendo y enriqueciendo.



22/2/2012

Nos encontramos en la semana de actividades complementarias y para esta clase debíamos escoger una forma de expresión que encontrásemos por la red y nos pareciese interesante y presentarla en clase. Nosotros elegimos dar conocer el “Tectonic” y si bien es cierto que cuando me dispuse a informarme sobre él me dio la impresión de  carecer de interés para nuestra clase como forma de expresión



27/2/2012

La sesión de hoy se ha caracterizado por su gran contenido a nivel sensitivo, he experimentado situaciones muy curiosas en ese aspecto.

La primera actividad tras el calentamiento ha consistido en que un componente de cada pareja se colocase el antifaz para dejarse llevar de la mano por su compañero que lo guiaría improvisando a sus anchas para cuando lo desease intercambiarlo con otro “guía” y de esa manera pasar a ser guiado por otra persona una y otra vez.

En primer lugar me ha tocado hacer de “guía” , resultaba agradable conducir a los compañeros y compañeras que “ciegos” se dejaban llevar, podías improvisar con ellos propiciándoles distintas sensaciones y observabas en sus rostros expresiones de lo más variado, incertidumbre, inseguridad, tranquilidad e incluso relajación, pero todos se mostraban completamente inmersos en la experiencia. Aunque era interesante experimentar con ellos, también había que tener en cuenta que se estaban dejando llevar por ti y había que transmitirles seguridad.

Estaba deseando que me tocase ponerme el antifaz, desde la última práctica me había quedado con esa curiosidad por que me “apagasen las luces” y dejarme llevar por el momento, así que me he limitado  a dejar que ocurriese observando cada sensación.

Si en un primer momento he tenido cierta  inseguridad, esta a sido rápidamente remplazada por un sobrecogedor compendio de sensaciones, de repente he pasado a un plano carente de imágenes, en el que tacto, oído y olfato han tomado toda mi atención. Examinaba el tacto de las manos  de la persona que me llevaba, el tamaño de estas, su altura en base a como me agarraba o incluso su respiración sobre mi cuerpo, era fácil saber si te llevaba un chico o chica, en algunas ocasiones percibía sus perfumes y no solo de quienes me llevaban a veces también de quienes se cruzaban conmigo. Le daba mucha importancia al sonido, pues escuchaba los pasos de los demás, intentaba usar esto para guiarme y saber si iba a chocar con alguien pero escuchaba tantos pasos que me desorientaba y no me quedaba otra que dejarme llevar. Además la forma de llevarte de cada persona te trasmitía también sensaciones, a veces delicadeza y armonía, otras veces todo lo contrario. La verdad es me nuca me había encontrado en una dinámica de este tipo y ha resultado ser una experiencia muy interesante.

Con la siguiente actividad hemos sacado cada uno un objeto (balones, bolos, aros, etc.) y  hemos formado una especie de circuito, después nos ha servido para realizar un ejercicio de expresión corporal que ha consistido en que  la mitad de la clase entrara corriendo y  danzase  por este considerando a los objetos  como personas alrededor de las cuales debía moverse. Durante esta actividad me he sentido  un tanto extraño, quizás podría haberme dejado llevar más…

Para culminar la clase, Jorge nos ha dicho que nos pusiésemos los antifaces y nos tumbásemos en el suelo, ha apagado las luces y nos ha puesto una música relajante. Simplemente debíamos desplazarnos rodando y experimentar, experimentar con la música, al encontrarnos con otros o expresándonos  libremente. Esta atmosfera era idónea para abandonarse y experimentar, al escuchar la música me sentía impulsado a interpretar sus matices y traducirlos en movimientos de mi cuerpo, sin embargo  al encontrarme constantemente con los compañeros y compañeras mi experiencia ha ido más enfocada hacia esa interacción.





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